LA PODEROSA PALABRA DE DIOS

LA PODEROSA PALABRA DE DIOS
UNA LUZ DE ESPERANZA

jueves, 20 de mayo de 2010

Viviendo en un mundo de apariencias

Y aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido.
Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón. 1 de Samuel 16.6 -7. (VRV-60)

(Septuaginta) Y dijo el Señor a Samuel: «No mires a su figura ni al porte de su magnitud; pues desechado le tengo; porque, no como contemplará el hombre, mirará Dios; porque el hombre mirará el rostro, pero Dios mirará el corazón.»

(PDT) Pero el Señor le dijo a Samuel: —Eliab es alto y apuesto, pero no te fijes en eso. Dios no se fija en las cualidades que la gente ve. La gente sólo presta atención al aspecto de las personas, pero el Señor ve su corazón. Eliab no es el hombre que he elegido.

Verdad en acción: Conoce que Dios mira al corazón, no a la apariencia exterior. No juzgues basándote exclusivamente en lo que ves.

Eliab, el mayor, fue presentado el primero a Samuel en privado; estaba presente, probablemente, solo Isaí. Samuel pensó que esté era el designado: de cierto delante de Jehová está su ungido. Cuando Dios resolvió complacer al pueblo concediéndoles rey, hizo que saliera elegido un mozo alto y gallardo; pero cuando decidió elegirlo Él mismo, no quiso que fuese escogido por las apariencias exteriores. Jehová mira el corazón; es decir. Conoce el corazón de cada uno. Nosotros podemos decir cómo parecen los hombres, pero Dios puede decir cómo son en realidad. Dios mira el corazón, y ve allí los pensamientos y las intenciones. Juzga a los hombres por el corazón. Reconozcamos que la verdadera belleza es la interior (Proverbios 31-30, 1 de Pedro 3:3-4) y juzguemos a las personas, en cuanto seamos capaces, por su mente (su corazón), no por su porte.

APARENTAR: Según el diccionario RAE.

Manifestar o dar a entender lo que no es o no hay.

APARIENCIA: Aspecto o parecer exterior de alguien o algo.
- Verosimilitud, probabilidad.
- Cosa que parece y no es.
- En el teatro, escena pintada sobre lienzo o reprensada con actores y muñecos, oculta por una cortina que se descorre en cierto momento de la representación.
A- Disimular la realidad para evitar habladurías o críticas.
B- Idear la explicación de un hecho observable sin certidumbre de la verdad.

La apariencia, es lo que queremos mostrar, es lo que queremos que los demás vean. Intentamos mostrarnos de una manera o estado que no existe en la realidad.

Samuel: pedido de Dios; oído por Dios. Profeta enviado por Dios para ungir a David como el sucesor del rey Saúl.
Isaí: Jehová existe; rico. Padre de David
Eliab: Dios es padre. Hermano mayor de David. Menospreció a David cuando éste llegó a la batalla contra los filisteos.
David: Amado. Gran estadista, general y rey de Israel.

“No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.” Juan 7-24

Exterior. Que está por la parte de fuera. Superficie externa de los cuerpos. Aspecto o parte de una persona.

Apariencia: apariencia, aparente, superficial, engaño, mentira, cinismo, carne, aspecto, faz, rostro.
Cáscara. Corteza o cubierta exterior de los huevos, de varias frutas y de otras cosas.
-“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida”. Proverbios 4-23.

Citas Bíblicas: JOEL 2. 12-13, MATEO 22-16, MARCOS 12-14, LUCAS 9-29, MATEO 23:1 -36, MATEO 25-28, JUAN 7-24, 1 DE CORINTIOS 7-31, 2 DE CORINTIOS 5-12, 2 DE CORINTIOS 10-7, 2 DE TIMOTEO 3-5.

Mateo, capítulo 23.
Jesús acusa a los fariseos: Los escribas aparentaban ser santos, pero en realidad no vivían una vida en santidad, no eran en verdad hombres íntegros. La verdad que su exterior no era fiel reflejo de su ser interior.

“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas¡ porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia. ¡Fariseo ciego¡ Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas¡ porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, más por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.”
Mateo 23:25-28. RV 1960

>> ¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos hipócritas!, que son como sepulcros blanqueados. Por fuera lucen hermosos pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de podredumbre. Así también ustedes, por fuera dan la impresión de ser justos pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad.
Mateo 23:27-28. NVI 1999
También leamos todo el capítulo 23 de Mateo en nuestros hogares para entender con mayor claridad y así poder profundizar en lo que Palabra de Dios no dice.

¿Cuál es el significado de la palabra hipócrita?

Leamos a continuación lo que nos dice el comentario bíblico de la Biblia de estudio pentecostal “Vida Plena” en la página 1324: Jesús continúa su discurso sobre los dirigentes religiosos y los ministros de su época cuya conducta pública parecía recta, pero su corazón estaba lleno de hipocresía, orgullo, lascivia y maldad. Eran como sepulcros pintados, hermosos y atractivos por fuera, pero con fetidez y corrupción escondida en su interior.

Exterior. Que está por la parte de fuera. Superficie externa de los cuerpos. Aspecto o parte de una persona.

Estamos inmersos en mundo que busca lo externo, el envoltorio sin importar la verdad de la consistencia o de saber cuál es lo realmente importante del ser. Hoy aparentamos muchas cosas. Pero principalmente en el sector financiero o material, hacemos referencia a la condición social. El cinismo y la hipocresía se han apoderado de los hombres.

Hoy estamos inmersos en un mundo o sistema mundial superficial, lamentablemente nosotros los cristianos, llamados hijos de Dios, hemos caídos en el mismo juego de ser personas sin sustancia, sin contenido vacíos por dentro. Superficiales; aparentes, sin solidez, sin sustancia. Frívolos y sin fundamentos.

Es muy importante entender en la actualidad como son los parques de “reposo” o mejor dicho los cementerios.

En su apariencia externa, son hermosos parques, con una cantidad impresionantes de arboles, arbustos y de muchísimas flores de los más variados colores. Quien va a pensar que debajo de este hermoso paraje se encuentra un lugar lleno de gusanos y una de las escenas más horrendas a las cuales el hombre puede ser expuesto.
Los cadáveres en descomposición que horrendo cuadro, que olor más desagradable. El parque exterior es solo una apariencia para esconder la fea y cruel realidad que hay bajo de ese bello pasto.
Esos sepulcros tan bien trabajados y tan costosos no son más que una apariencia que trata de dar vida y colores a ese lugar lleno de muerte y de descomposición.

Eso es lo que Nuestro Señor Jesucristo les dijo a los tan religiosos escribas y fariseos. Que solo eran un grupo que aparentaba la verdad, una burda copia de piedad. Que ellos no eran genuinos creyentes y practicantes de la verdad de Dios. Lo que se veía en ellos era solo un disfraz, una triste apariencia, una pobre careta de piedad. Pero que en realidad sus corazones no eran nada más que un triste cementerio lleno muerte y de pudrición.

Se mostraban perfectos (santos, rectos, íntegros, intachables...) a los ojos de los demás, se daban a conocer, denotaban algún grado de santidad, pero su corazón y su relación con Dios era una verdadera inmundicia, llenos de avaricia, codicia y todo tipo de pecado (recordemos lo que nos dice la Palabra del Señor, que la paga del pecado es muerte, más la dadiva de Dios es la vida eterna. Uno de los diez mandamientos dice; no mentiras, también el Nuevo Testamento nos dice que los mentirosos no entraran al reino de los cielos. Sin olvidar lo que nos dice la hermosa Palabra de Dios que es tan poderosa y tan vivificante, que labios mentirosos son abominación a Jehová y la mentira proviene de un corazón mentiroso y lleno de maldad). Por eso Jesús les llamo sepulcros blanqueados.

Los “ay” cinco y seis (25, 26, 27,28) en forma similar tratan con la prioridad de la pureza interior en contraste con la limpieza exterior. Este es el tema que Jesús ya había tratado en Mateo 15-11, 17-20 en relación con el ritual del lavado de las manos. La referencia en el v.27 puede aludir a osarios, pequeños cofres donde se coleccionaban los huesos humanos, y que con frecuencia recibían una mano de cal para cubrirlos para que se vieran hermosos.
(Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno)

“Como los fariseos, a los cuales Jesús se dirigió con esas palabras; la gran mayoría de los falsos maestros son expertos en la piedad fingida. Su máscara puede ser bastante convincente. Ellos mantienen una apariencia cuidadosa y pulida de encanto e inocencia, y por lo menos la apariencia de algún tipo de <>. Usualmente, ellos están con sonrisas permanentes, palabras amables, personalidades amigables y vocabularios llenos de palabras bíblicas y espirituales”.
“John MacArthur, Verdad en Guerra, pág. 78-79”

Los escribas y los fariseos eran los principales artífices del judaísmo popular en esa generación. Ejercían su influencia principalmente en las sinagogas, donde los sábados de todas las semanas enseñaban en asambleas locales de judíos. Los escribas eran copiadores, redactores e intérpretes profesionales de la ley. Eran también los principales custodios de las varias tradiciones que determinaban cómo se aplicaba la ley. La mayoría de escribas eran fariseos por convicción (aunque algunos de ellos pertenecían a una secta antagonista conocida como los saduceos).
Los fariseos eran legalistas, creían que de la manera de obtener el favor de Dios era obteniendo méritos, y pensaban que la mejor manera de obtenerlos a los ojos del Señor era por medio de la fastidiosa observación de la Ley. El enfoque de los fariseos hacia la religión fomentaba de modo natural la justicia propia (Romanos 10:3-4), mezclada con declarado desprecio hacia todo aquel que a su parecer no estaba a la altura (Lucas 18-9).

Pero los fariseos también eran hipócritas. Ponían sus esperanzas principalmente en apariencias externas de la Ley, que en realidad no tenían importancia, creyendo según parece que mientras más resaltaban los puntos selectos de la ley, más espirituales se veían ante el pueblo. Por eso estaban obsesionados con las exigencias ceremoniales de la ley.

Los fariseos apreciaban más la demostración religiosa pública que la devoción privada y la verdadera justicia. Hacían un gran espectáculo, por ejemplo, al contar minúsculas semillas para sacar un diezmo (Mateo 23-23). Sin embargo, rechazaban los asuntos más importantes de la Ley, mostrando poco interés en los requerimientos y valores morales como justicia, misericordia y fe (Mateo 23-23). Jesús afirmó que por dentro eran corruptos: <> (Mateo 23: 27-28).

Pero no crea que el resentimiento de los escribas y los fariseos lo motivaba solamente las preocupaciones pragmáticas por las consecuencias políticas de la enseñanza de Jesús. Su odio también tenía profundas raíces personales, debido principalmente al modo continuo y embarazoso en que les desenmascaraba el público su hipocresía. Jesús no quiso mostrar respeto artificial por la justicia artificial de ellos; al contrario, la condenó como injusticia (Mateo 23-25). Jesús recalcó en toda oportunidad que el fraude de religión que habían creado los fariseos en realidad no era nada más que una malvada expresión de incredulidad, y advirtió estrictamente al pueblo a no seguir el ejemplo de ellos (Mateo 23-3).

Los escribas y fariseos se creían grandes estudiosos, pero Jesús les castigó una y otra vez por su ignorancia y mala interpretación de las Escrituras, preguntándoles con clara indirecta: << ¿No habéis leído…?>> (Mateo 12: 2, 5; 19:4; 22:31; Marcos 12:10). Toda la identidad de ellos estaba encerrada en su religión, pero Jesús les dijo francamente que ni siquiera conocían a Dios (Juan 8-47). Es más, los llamo hijos del diablo (Juan 8-44). Les declaró que no conocían el verdadero camino de salvación (Juan 10:26-27), comparándolos con serpientes y advirtiéndoles que estaban en el camino del infierno (Mateo 23-33).

Sólo se preocupaban por lo exterior, y descuidaban lo interior, de la piedad. Esto lo ilustra Cristo por medio de dos semejanzas.

1. Los compara a una vasija, bien lavada y limpia por fuera, pero sucia completamente por dentro (vv. 25-26). Ahora bien, ¡qué necedad tan grande sería la de una persona que limpiase bien el exterior de un vaso o de una copa, que es lo que se ve desde fuera, y dejase sucio el interior, que es lo que se usa¡ Así obran quienes procuran evitar únicamente los pecados que pueden ofender a otros y causar desprestigio a sí mismo, pero tienen el corazón lleno de toda clase de suciedad, lo cual les hace odiosos a los ojos purísimos del Dios tres veces santo. Con respecto a esto, obsérvese:

(A) La práctica de los fariseos, que limpiaban el exterior. En todo lo que podía ser observado por sus prójimos, eran muy exactos; la gente los tenía generalmente por muy buenas personas pero Por dentro estaban llenos de rapiña y de intemperancia. Esto significa, con la mayor probabilidad que el contenido del vaso y del plato (bebida y comida) eran frutos de la extorsión; y el estar llenos el vaso y el plato era señal de intemperancia (gr. Akrasía lo opuesto a Enkráteia = dominio propio; Gálatas 5-23; 2 Pedro 1-6). Aparecían como piadosos en extremo, pero no eran justos ni sobrios. Lo que somos en nuestro interior, eso es lo que de vera somos.

(B) La norma que Cristo da, en contraposición a la conducta de los fariseos (v. 26). Con forme al juicio infalible de Cristo, son ciegos los que no perciben la suciedad del corazón; que no ven ni aborrecen los pecados que están alojados allí. Ignorar lo que hay dentro de nuestro corazón es la peor y más nociva clase de ignorancia. La norma que Cristo da es: Limpia primero lo de dentro; ésta es la tarea principal del hombre; ésta, la ocupación más importante del creyente. Dios escudriña el interior y es testigo permanente de nuestros pensamientos y afectos; hemos de poner, pues, especial cuidado en evitar esos pecados que no escapan a la mirada de Dios, aunque escapen a la observación más atenta de los hombres. ¡Ah, si tuviésemos siempre presente esta gran verdad: Dios me ve y observa y juzga lo más profundo de mi ser! Limpia primero lo de dentro; no sólo lo de dentro, pero sí lo primero, porque si extremamos el cuidado en mantener limpio lo interior, también procuraremos que el exterior esté limpio. Si la gracia santificante de Dios limpia y purifica el corazón, también influirá en la pureza del exterior, porque de dentro fluye el agua viva que lo limpia todo. Del corazón sale todo (15-19); por eso: Por encima de todo, guarda tu corazón; porque de él mana la vida (Proverbios 4-23).

2. Los compara a sepulcros blanqueados (vv.27-28).
(A) De la misma manera que los sepulcros, bien blanqueados por fuera, para hacerlos más visibles y advertir al viandante que no se acerque para no contaminarse, aparecen hermosos (y no sólo por la blancura, sino por los adornos arquitectónicos de los sepulcros de personas eminentes), así también los fariseos se enmascaraban hipócritamente bajo las apariencias de una moralidad estricta, sólo por ostentación como los adornos y monumentos de los sepulcros (v.29). Eso era lo único que ambicionaban; prestigio y saludos reverentes de parte del pueblo sencillo.

(B) Pero, igual que los sepulcros estaban llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia, también los fariseos estaban por dentro llenos de hipocresía e iniquidad (gr. Anomía = violación de la ley). Puede haber personas con el corazón lleno de pecados, que al exterior aparecen irreprochables; pero, ¿de qué nos servirá la buena consideración de nuestros semejantes, si nuestro Señor no puede decirnos: ¡Bien hecho, siervo bueno y fiel! (25:21,23)?

23.27 Los sepulcros se pintaban de blanco para evitar que alguien los tocara accidentalmente y quedara ritualmente impuro (Números 19.16).

2 de Timoteo 3-5.
(RV60) que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.


(Septuaginta) teniendo apariencias de piedad, pero la virtud de ella negando; también de éstos apártate.

(SSE) teniendo apariencia de piedad, pero negando la eficacia de ella; y a éstos evita.

(PDT) Parecerán ser muy religiosos, pero con su manera de vivir demostrarán que en realidad rechazan servir a Dios. Timoteo, no te metas con esa gente.

(BJ) que tendrán la apariencia de piedad, pero desmentirán su eficacia. Guárdate también de ellos.

(N-C) que con una apariencia de piedad están en realidad lejos de ella” Guárdate de ésos,

APARIENCIA
Eidos (ei]do", 1491), propiamente aquello que se muestra al ojo, aquello que está a la vista. Significa la apariencia, forma, o contorno exterior. En este sentido se usa del Espíritu Santo al asumir forma corpórea, como paloma (Lucas 3.22); de Cristo (9.29: «la apariencia de su rostro»). Cristo usó esta palabra, en forma negativa, de Dios el Padre, al decir, «Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto» (Juan 5.37). Así, se usa con referencia a cada una de las personas de la Trinidad. Es probable que tenga el mismo significado en la afirmación del apóstol, «por fe andamos, no por vista (eidos)» (2 Co 5.7), donde difícilmente puede eidos significar el acto de contemplar, sino la apariencia visible de las cosas que se ponen en contraste con aquello que la fe dirige. Así, el creyente es conducido, no solo por lo que puede ver, sino por aquello que sabe cierto, aun cuando sea invisible.
Tiene un significado algo diferente en 1 Tesalonicenses 5.22, en la exhortación «absteneos de toda especie de mal»; esto es, de todo tipo o clase de mal (no «apariencia», como las versiones bnc, Herder, y, en inglés, la Versión Autorizada King James). Este significado era bien común en los papiros, los escritos griegos de los últimos siglos a.C., y de la era del NT. Véanse ASPECTO, ESPECIE, FORMA, VISTA.¶

3. opsis (o[yi", 3799), de ops, ojo, unido con orao, ver (cf. Nº 4). Denota principalmente ver, la vista; y, de ahí, el rostro, la apariencia (Juan 11.44; Apocalipsis 1.16: «el rostro»); la apariencia externa (Juan 7.24), solo aquí de la apariencia externa de una persona.


«Apariencia». Véanse ASPECTO, FAZ, PERSONA, PRESENCIA, ROSTRO, VISTA.

Vine, W.E., Vine Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento Exhaustivo, (Nashville: Editorial Caribe) 2000, c1999.

Están los hipócritas, que tienen (presente continuativo) apariencia (gr.mórphosin- no mórphén, en forma) -, sino como una caricatura de forma) de piedad religiosa (gr. Eusebías), pero han negado el poder de ella (lit). La verdadera piedad contiene un dinamismo sobrenatural que se proyecta en manifestaciones genuinas de amor de Dios, de respeto y lealtad al prójimo, y de dominio propio. Todo esto les falta a estos malvados: lo han negado y lo siguen negando (de ahí, el participio de pretérito perfecto), es decir, rechazan el poder efectivo de la piedad genuina y, con su conducta no piadosa, están diciendo tácitamente que la piedad que alardean no es genuina, sino solamente un pretexto, una capa con la que se pretenden cubrirse para que los demás los acepten por buenas personas y hasta fieles cumplidores de sus deberes religiosos.

Que tales personas pueden llegar a ser admitidas (y de hecho lo son en muchas ocasiones) en nuestras congregaciones, lo muestra el apóstol Pablo en la frase que dirige a Timoteo al final del versículo 5:” también de éstos apártate” (lit. vuélveles la espalda, NVI). Dice Collantes, autor y estudioso de la Biblia: <<>>.

“y le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo, Maestro sabemos que eres amante de la verdad y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres”. (Mateo 22-16)

La vida no nace en la apariencia o en el ser externo. La vida tiene su origen o nace en el ser interno. La Biblia dice que del corazón emana la vida. Es el trasfondo lo que importa no la cascara. Es el contenido del ser. Eso lo dice Proverbios 4-23.

Para ser reflejos de Cristo e imitadores de Él todo debe de partir de una vida genuina, entregada a la voluntad de Dios y de Su santa y eterna Palabra. El fruto no se sabe si es bueno, si solamente lo miramos, es necesario probarlo y saber cual es su sabor. Entonces veremos si es tan bueno como aparéntenme se ve.

Dios nos dice en el libro del profeta JOEL “Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios” (Joel 2:12-13)

DIOS ES AMOR- MUCHÍSIMAS BENDICIONES - CRISTO VIENE - MARANATA - SHALOM

miércoles, 19 de mayo de 2010

La Música, Alabanza y Adoración

Lectura Bíblica de hoy: Juan 4: 22-24

“Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. Mas la hora viene, y ahora es cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que lo adoren”.

La palabra “espíritu” no se refiere al Espíritu Santo, sino al espíritu humano. Lo que Jesús dice aquí es que una persona debe de adorar no solo en obediencia a las normas y lugares religiosos (exterior), sino también en lo interno (“en espíritu”) con una actitud correcta. “Verdad” señala adoración a Dios de acuerdo con las Escrituras reveladas y centradas en el “Verbo hecho carne” quien por último revela al Padre (14:6). Es necesario que adoren. Jesús no hace referencia a algo conveniente, sino indispensable para la adoración.

Al evaluar la música cristiana, es decir la adoración al Señor a nuestro Salvador y Redentor Jesucristo, el Hijo de Dios.
Dedemos considerar cuatro puntos.

La partitura musical
- Imita al mundo.
- Es melodiosa o sólo rítmica.

La letra.
- Es doctrinalmente sana.
- Es reverente.
- Es edificante. Promueve la santidad.
- Exalta a Cristo.
- Es de valor temporal o durará.

El ejecutante.

- Es una presentación teatral.
- Es el cantante decoroso en vestido y conducta.
- Tiene buen testimonio.
- Usa lenguaje corporal.
- Es el motivo entretener o inspirar.
- Es el motivo atraer la atención a sí mismo o al Señor.
- Está la presentación manchada de comercialismo.
- Promueve la piedad con sus canticos.
- Invierte una cantidad excesiva de tiempo y dinero en música.

Los oyentes
- Es un ambiente mundano.
- Se sentiría cómodo el Señor allí.
- Los aplausos finales son para Dios o para el artista.
- Las luces y efectos de colores son para Dios o son parte del show.
- Las fotografias al artista son para la gloria y honra de Dios.

La Música
Efecto de distracción. Los líderes hebreos que ministraban en el templo ejercían gran cuidado para evitar usar música asociada con la adoración pagana sensual. En las culturas en las que los ritos de fertivilidad eran comunes, mujeres que cantaban y tocaban instrumentos incitaban a orgías sexuales en honor a sus dioses. Algunas veces inclusive se restringía en el uso de instrumentos que no se asociaban con las prácticas paganas. Por ejemplo, los sacerdotes temían que una canción alegre y melodiosa tocada en una flauta en el templo podía distraer a alguien en la adoración. El profeta Amós condenó a aquellos que (Amós 6-5).
Función en la adoración. La música también era parte de la vida religiosa de Israel. La adoración formal de los israelitas observaba varios rituales prescritos por Dios. La música servía como acompañamiento para estos ritos.
La música en el templo consistía de cantantes y una orquesta. Los cantantes y músicos podías ser solo varones de ciertas familias. De la misma manera había restricciones respecto a los instrumentos. Los instrumentos que se asociaban a las mujeres, con la diversión desordenada (tal como el sistro o matraca egipcia), o con la adoración pagana estaban proscritos de la orquesta del templo.
Alabanza
La Biblia está llena de alabanza y adoración a Dios. La alabanza puede definirse como un homenaje a Dios por sus criaturas en adoración a su persona y en agradecimiento a sus favores y bendiciones. Los ángeles que sobresalen por su poder rinden su adoración al Señor (Salmos 103:20). Sus voces se elevaron en adoración en el nacimiento de Cristo (Lucas 2:13-14), y en los días de tribulación que vendrán, ellos unirán sus voces para exclamar (El Cordero que fue inmolado es digno… (Apocalipsis 5.11, 12).
No es bueno retener la gloria debida únicamente a Dios, porque él ha dicho (Salmos 50:23). Cada corazón creyente que medita acerca de sus obras (Salmo 77:11-14), que reconoce sus beneficios (Salmo 103:2), y que descansa en su don inefable (2 de Corintios 9:15) encontrará que la alabanza a Dios no es únicamente un deber, sino una delicia.

La Adoración
Acciones tales como inclinar con reverencia la cabeza (1 de Timoteo 2:8), arrodillarse (1de Reyes 8:54), y postrarse (Génesis 17:3; 1:17) manifiestan externamente la adoración interna que el alma dirige a Dios.
En muchos de los salmos (Salmos 93,95-100), Dios es adorado por su majestad y poder, su providencia y bondad, su justicia y su santidad.
Jesús recibió adoración en el día de su nacimiento (Mateo 2:11), durante su ministerio (Mateo 8:2; 9:18; 14:33; 15:25; 20:20), y después de su resurrección (Mateo 28:9-17).
Y por cierto, no hay ningún peligro en adorar a Jesús, porque él es Dios encarnado (Filipenses 2.5-11).
La adoración de objetos materiales está estrictamente prohibida (Éxodo 20:1-6; Isaías 44:12-20). También se condena la adoración a los ángeles (Colosenses 2:18; Apocalipsis 13), o a Satanás (Lucas 4:7). Los ciudadanos de los cielos se gozan eternamente en la adoración (Apocalipsis 4:8-11; 5:9-14; 7:11).

La Adoración

La adoración constituye las acciones y actitudes que reverencian y honran la dignidad del gran Dios del cielo y de la tierra. Por lo tanto, la adoración se concentra en Dios, no en el hombre. En la adoración cristiana el creyente se acerca a Dios en gratitud por lo que ha hecho por él en Cristo y por medio del Espíritu Santo. Ella exige una entrega de fe a Él y un reconocimiento de que Él es Dios y Señor.

Los seres humanos han adorado a Dios desde el principio de la historia. Adán y Eva habían tenido comunión regular con Dios en el huerto del Edén (Gén 3-8). Caín y Abel trajeron ofrendas (hebreo, minjah, “regalo, tributo”, traducida “oblación en Lev 2-1) a Jehová (Gén 4:3-4); los descendientes de Set invocaron “el nombre de Jehová” (Gén 4:26).

La adoración pública no se formalizó hasta después del éxodo, cuando se construyó el tabernáculo en el monte de Sinaí. De allí en adelante, los sacrificios regulares se efectuaron cada día y especialmente el día de reposo.

La adoración de la Iglesia primitiva tenía lugar tanto en el templo de Jerusalén como en hogares particulares (Hechos 2:46-47). Fuera de Jerusalén, los cristianos adoraron, mientras se les permitió, en las sinagogas; cuando ya no se permitió eso, se reunían en otros lugares para la adoración, por lo general en casas particulares (Hch 18-7; Ro 16-5; Col 4:15; Film 2), aunque algunas veces en edificios públicos (Hechos 19:9-19; 20:8).

La alabanza a Dios es indispensable para la adoración cristiana. Fue un elemento clave en la adoración a Dios de parte de Israel (Salmo 100-4; 106:1; 111:1; 113:1; 117).

Salmos 42:1-11; Salmo 27:4.
Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¡cuándo vendré, y pareceré delante de Dios!
¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te conturbas en mí? Espera á Dios; porque aun le tengo que adorar; es él salvamiento delante de mí, y el Dios mío.

Salmo 95:6-11.

Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro hacedor. Porque él es nuestro Dios; nosotros el pueblo de su dehesa, y ovejas de su mano. Si hoy oyereis su voz. No endurezcáis vuestro corazón como en Meriba como el día de Masa en el desierto;

Isaías 4-13

Sólo al Señor todopoderoso es a quien ustedes deben considerar santo, solo a él es a quien hay que honrar, solo a él es a quien hay que temer.
Versión “La Palabra de Dios para todos”

A Jehová de los ejércitos, á él santificad; sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo.
Versión Casiodoro de reina “Revisión 1909”

Sólo al Señor Todopoderoso tendrán ustedes por santo, sólo a el deben honrarlo, sólo a él han de temerlo.
“Nueva versión internacional”


Riqueza literaria, Biblia Plenitud.

Temor, Morah; Miedo, reverencia, terror, pavor. Un objeto o persona que infunde miedo, respeto o reverencia. Morah deriva de yare’, que significa . Morah aparece una docena de veces en el Antiguo Testamento; Génesis 9-2 nos habla del temor y el espanto que los descendientes de Noé les inspirarían a todos los animales después del diluvio. El Señor también inspira temor, como en el Salmo 76-11. En este pasaje, Isaías es amonestado para que jamás tema las amenazas humanas, sino que sólo Dios sea objeto de su temor reverente.
Isaías 8-13, pág. 837
Cuando se usa con relación a una persona de alto rango, yare’ connota . Es más que simple temor; es la actitud con que una persona reconoce el poder y la condición de la persona a la que se reverencia y se le rinde el debido respeto. Con este significado, la palabra puede implicar sumisión en debida relación de ética con Dios. El ángel del Señor dijo a Abraham: Génesis 22-11.


La diferencia entre la adoración la alabanza

Según las Escrituras, hay distinción entre la adoración y el cántico de alabanza (Salmo 149-1). Quien canta alabanza está adorando a Dios, siempre que sea un verdadero adorador. Pero se puede adorar a Dios sin cantar, glorificándolo con sus actos y con su reverencia.

La verdadera adoración envuelve todo.

La alabanza no debe ser confundida con la adoración, pues es posible que alguien entone canciones bonitas y con letras cristianas, sin presentar a Dios la verdadera alabanza (Amós 5-23; Isaías 29-13). En efecto, la adoración envuelve todo lo que hay en usted (Salmo 103:1-2). Haciendo la alabanza una forma de adoración, siempre se que sea predicho de un corazón preparado para alabar (Salmo 57-7).

¿Cómo adorar a Dios por medio de la alabanza?

La alabanza de adoración debe de ser espiritual.
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Estudio de las epístolas pastorales dirigidas al joven pastor Timoteo, escritas por el apóstol Pablo

Primera Timoteo, junto con 2 Timoteo y Tito, pertenece al grupo de los escritos de Pablo conocidos como las epístolas pastorales. Se les llama así porque estaban dirigidas a dos de los amados hijos de Pablo en la fe, Timoteo y tito, que tenían tareas pastorales. Timoteo estaba a cargo de la iglesia de Éfeso, y tito de los creyentes de la isla de Creta. Junto con Filemón, fueron las únicas cartas de Pablo dirigidas a una persona.

Las epístolas pastorales dan un valioso aporte para entender el corazón del querido apóstol. Revelan un aspecto diferente de él que lo que exponen sus otras epístolas, mostrando sus relaciones personales con sus amigos y compañeros más allegados. Como son las últimas cartas que se escribieron, ellas solo nos informan de los años finales de su ministerio, después de su liberación del primer encarcelamiento en Roma registrado en Hechos. Él persevera en la misión de su vida hasta su triunfante conclusión que declara en 2 Timoteo 4:7: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe”.

Las epístolas pastorales también son importantes debido a la abundancia de información que tienen respecto a cuestiones prácticas de la vida y organización de la iglesia. En realidad, Pablo declara que su propósito al escribir 1 Timoteo era que Timoteo supiera “cómo (debía conducirse) en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad” (1 Timoteo 3:15). La adoración pública, la selección y los requisitos de los pastores, la vida y el ministerio público del pastor, cómo confrontar el pecado en la iglesia, la función de las mujeres, el cuidado de las viudas y cómo usar el dinero están entre los temas analizados. Además de la abundancia de información práctica que tienen, las epístolas pastorales, como analizaremos más adelante, también enseñan acerca de importante verdades doctrinales con relación a las Escrituras, la salvación y el Salvador.


Timoteo, verdadero hijo en la fe

“Pablo, apóstol de Jesucristo por mandato de Dios nuestro Salvador, y del Señor Jesucristo nuestra esperanza, a Timoteo, verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor”.
(1 Timoteo 1:1-2)


“Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. Pero desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas. Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él”
(2 Timoteo 2:22-26)

“Pero el fundamento del Señor está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.”
(2 Timoteo 2:19)

“Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. No descuides el don que hay en ti, que te fue dado con la imposición de las manos del presbiterio. Ocúpate de estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.”
(1 Timoteo 4:12-16)

“Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, para que si tardo, sepas cómo debes de conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.”
(1 Timoteo 3:14-15)

“Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de fe y de la buena doctrina. Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad. Porque el ejercicio corporal para poco es provecho, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesas de esta vida presente, y de la venidera.”
(1 Timoteo 4: 6-8)

“No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro.”
(1 Timoteo 5:22)

“Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo,”
(1 Timoteo 6:11-14)

“Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia, la cual profesando algunos, se desviaron en la fe. La gracia sea contigo. Amén”.
(1 Timoteo 6:20-21)

“Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día; deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de gozo; trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por lo tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios.”
(2 Timoteo 1:1-8)

“Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús. Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros.”
(2 Timoteo 1:13-14)

“Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo.”
(2 Timoteo 2:1-7)

“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarte, que usa bien la palabra de verdad. Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad.”
(2 Timoteo 2:15-16)


“Pero tú has seguido mí doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra, persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor. Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales le pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”
(2 Timoteo 3:10-17)

“Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio. Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.”
(2 Timoteo 4:1-8)

“Procura venir pronto a verme,”
(2 Timoteo 4:9)

“Alejandro el candelero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a su hechos. Guárdate tú también de él, pues en gran manera se ha opuesto a nuestras palabras.”
(2 Timoteo 4:14-15)

“El Señor Jesucristo esté con tu espíritu. La gracia sea con vosotros. Amén.”
(2 Timoteo 4:22)
La verdadera teología no es la intelectual, sino la práctica. Es aquí en estos hermosos versículos donde vemos el corazón de un verdadero siervo de Dios, que construye en otros lo que Dios construyo en su propia vida. Es necesario vertir todo lo que hay en nosotros y entregarlo en amor a lo hermanos en la fe. La Biblia nos dice:" Que debemos entregar por gracia lo que hemos recibido por gracia".
Nada es nuestro todos los talentos, virtudes y dones entregados por Dios son la para la edificación del cuerpo de Cristo, es decir, la Iglesia.
Dios bendiga grandemente a todos aquellos siervos que aman al Señor del día de reposo, que viven en la dispensación de la gracia y no en las obras de la Ley.

"Entonces yo le respondí: Pero Señor, yo soy muy joven y no sé hablar en público. Y el Señor me dijo: No digas que sólo eres joven, porque irás a donde Yo te envié y dirás todo lo que Yo te ordene (Jeremías 1:6-7). versión La Palabra de Dios para Todos (PDT) 2005.

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martes, 18 de mayo de 2010

LA ORACIÓN SE CONVIRTIÓ EN UN RITO

Se establecieron las palabras y formas de oración, y luego simplemente se leyeron o repitieron de memoria. Las oraciones se convirtieron fácilmente en un rutina, un ejercicio religioso semiconsciente, se podían recitar sin que el individuo participara mental o apasionadamente.
Las oraciones rituales más comunes fueron el Shema (una composición de frases escogidas de Deuteronomio 6:4-9; 11:13-21 y Números 15:37-41) y el Shemoneh ´esray ("los Dieciocho"), el cual incorporaba 18 oraciones para diversas ocasiones. Ambas debían ofrecerse todos los días, sin importar dónde estaba la que gente o qué estaban haciendo. Los judíos fieles oraban todas las 18 oraciones del Shemoneh ´esray cada mañana, tarde y noche.
Tres actitudes básicas caracterizaban a la gente que ofrecía oraciones rituales formalizadas. Aquellos judíos que tenían corazón sincero usaban el tiempo de oración para adorar y glorificar a Dios. Otros recitaban las palabras entre dientes, de manera indiferente y superficial con la mayor rapidez posible. Otros, como los escribas y los fariseos, recitaban meticulosamente las oraciones, asegurándose de articular cada palabra y sílaba perfectamente.
La oración no es un acto de lucimiento intelectual y mucho menos una demostración de oratoria que el hombre posee. El orar en dialogar con Dios con un corazón sincero y humillado; que con temor y temblor se presenta ante su Señor y Salvador pidiendo siempre que en Su nombre el Padre haga su voluntad.
Una vez me toco escuchar ha algunas personas que al parecer le estaban predicando a Dios, recitando los versículos con la mayor elocuencia posible y la mejor exposición teológica. Que grueso error es creer que por la mayor locuacidad que el hombre lleve su oración, Dios más le escuchara.
Es una vil y mala copia de las oraciones que los fariseos y escribas realizan en las esquinas para ser vistos por todos los hombres. Nuestro Señor Jesús nos enseño que ellos ya tenía su recompensa.
Los líderes religiosos apreciaban las oraciones largas, creyendo que la santidad y efectividad de una oración estaban directamente relacionadas con su duración. Jesús advirtió en contra de los escribas que, "como pretexto hacen largas oraciones" (Marcos 12.40). Aunque una oración larga no es necesariamente poco sincera, sí se presta a tendencias religiosas peligrosas como la pretensión. repetición y la recitación de memoria. Nosotros sujetos a las mismas tentaciones hoy en día, confundimos con demasiada frecuencia el uso de palabras rebuscadas con la importancia, y a la duración con la sinceridad.
Los escribas y fariseos hipócritas oraban por la misma razón que hacían todo lo demás: Llamar la atención y buscar que se les dé honra. Esa fue la esencia de su justicia, la cual Jesús dijo que no entraría en su reino (Mateo 5.20).
A simple vista, la condenación de Jesús a la práctica de la oración parece ser injustificada. Desde luego que no había nada de malo en estar de pie y orar en las sinagogas. Estar de pie era la posición más común para orar en la época del Nuevo Testamento, y en la sinagogas eran los lugares más apropiados y lógicos para ofrecer oraciones públicas. Mientras que la oración fuese sincera, era apropiada. Aun la práctica de orar en "las esquinas" no era errónea en sí, ese en realidad era un lugar normal para orar. A la hora designada para orar, los judíos devotos se detenían dondequirea que estuviesen, aun si se encontraban caminando por la calle.
La verdadera maldad de estos adoradores hipócritas, sin embrago, no fue el sitio donde llevaban a cabo sus oraciones, sino su deseo de exhibirse "para ser vistos por los hombres". La palabra griega que quiere decir "calle" se refiere a una que es amplia y en una esquina. (Actualizando el lugar, estamos hablando de una calle o avenida principal. Es por allí donde pasa la mayor cantidad de personas, lo cual es lugar estrategicamente muy bueno para ser observado) Los escribas y fariseos tuvieron como propósito orar donde la muchedumbre tenía más posibilidades de reunirse. Cualquiera que fuese el lugar que les pudiera brindar exponerse a un público más numeroso, allí se encontraban estos hipócritas.
En su deseo de exaltarse a sí mismos ente sus compañeros judíos, los escribas y fariseos resultaron culpables de orgullo. (El horrendo virus del orgullo religioso= es igual a creerce los mejores, los únicos y que sólo ellos tenían la verdadera práctica de la piedad)Eran como el fariseo de la parábola de Jesús que "de pie, oraba consigo mismo" (Lucas 18:11). Dios no participaba de su actividad piadosa. En consecuencia, ellos ya "tenían su recompensa". Puesto que sólo estaban preocupados por la recompensa que los hombres pudieran darles, eso fue todo lo que ellos recibieron.
Es imperativo que tomemos muy serio la advertencia de Jesús en Mateo 6:5. Desarrollar intimidad con cualquier persona requiere franqueza y sinceridad, y eso desde luego, se aplica a nuestra relación con Dios. Si alguna vez quiere experimentar poder y pasión en su comunicación con el Señor, usted y yo debemos empezar asegurándonos de que nuestras intenciones sean como las del publicano en (Lucas 18: 13-14), quien se acercó a Dios con una actitud humilde y penitente.
Además leamos (Mateo 6:6). Ese debe ser nuestro modelo a Seguir, porque Jesús nuestro Señor y Salvador lo enseño.
"La oración honra a Dios; y deshonra a uno mismo". Los escribas y los fariseos nunca comprendieron esta verdad, y me temo que así es también con la mayor parte de la iglesia de hoy en día. (Pastor y autor E.M. Bounds. siglo XIX)
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