LA PODEROSA PALABRA DE DIOS

LA PODEROSA PALABRA DE DIOS
UNA LUZ DE ESPERANZA

martes, 4 de enero de 2011

¿QUÉ ERA UN PROFETA EN LOS TIEMPOS DE DIOS?

Los autores bíblicos fueron profetas y apóstoles de Dios. Hay muchas referencias a los profetas que nos revelan cuál era su papel en la producción de las Escrituras. Entre otras cosas, se nos dice que fueron:
. Hombres de Dios (1 Reyes 12:22), lo que significa que los había elegido.

. Siervos del Señor (1 Reyes 14:18), para indicar que eran fieles a Él.

. Mensajeros del Señor (Isaías 42:19), para mostrar que los había enviado.

. Videntes o visionarios (Isaías 30:10), para mostrar que sus visiones eran de Él.

. Llenos del Espíritu del Señor (Oseas 9:7; Miqueas 3:8), para que se supiera que hablaban por el Espíritu de Dios.

. Centinelas (Ezequiel 3:17), para reflejar que estaban atentos a Dios.

. Profetas (que es cómo comúnmente se llamaban), una indicación de que eran los voceros de Dios.

En suma, un profeta habla en nombre de Dios; es una persona elegida y preparada por Él, un instrumento en sus manos para trasmitir su palabra a su pueblo.

Sin duda alguna fuimos llamados a predicar la Palabra profética, la cual estamos llamados a estar muy atentos a ella. Hoy es muy necesario reconocer bien la palabra de Dios inspirada y distinguir entre lo verdadero y lo falso.

Muchas voces se han levantado diciendo tenemos nuevas revelaciones para este Siglo, una nueva visión y en fin una cantidad de seudos profetas. Que tratan de renovar y restaurar la Iglesia del Señor Jesucristo, con sus erróneas y falaces enseñanzas.

No necesitamos de los seudos profetas con sus desastrosas enseñanzas, lo que necesitamos es volvernos a la Palabra de Dios de todo nuestro corazón y poder aplicarla en cada área de nuestras vidas.

"Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones. entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo." (2 Pedro 1:19-21)

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