"Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor, de cierto lo menospreciarían." (Cantar de los Cantares 8:7)
La ausencia de amor entre los cónyuges afecta mucho al matrimonio en su fundamento y lleva a toda la familia a la destrucción.
El marido tiene el deber de amar a su esposa (Efesios 5:25)
La esposa tiene el deber de amar a su marido (Tito 2:4)
Dios estableció el matrimonio para el bienestar y felicidad de los cónyuges, lo que sólo será posible por el vínculo del amor. Sin este, tal unión es una caricatura sin vida, sin contenido, sin realidad. Como delante de Dios es vitalicia, por su naturaleza y propósito, esa unión depende del amor para persistir por toda la vida. Dos de sus propósitos son: perpetuar la familia y ser figura de la unión entre Cristo y la Iglesia. La lección es evidente: sin amor, la familia se degrada y se embrutece, y sólo el amor efectúa la comunión entre Cristo y la Iglesia.
Amor: la base de la familia de Dios (Juan 13:34-35)
Quien ama se da a sí mismo (1 Corintios 13:5)
Amor: evidencia de la vida nueva (1 Juan 3:14)
El amor trae renuncia y paciencia (1 Corintios 13:7)
Amados amigos y hermanos en Cristo, es nuestro deber orar por nuestras familias y defenderlas en la presencia del Señor. La Biblia nos dice que "El amor de Dios se ha derramado en nuestros corazones" (Romanos 5:5). Que gran noticia el saber que Dios esta presente en nuestras vidas y con ello en nuestros hogares (matrimonios y familias). Dios nos llama a vivir su amor en nuestras vidas. Dios siempre ha querido ver a las familias rebozándose de Su preciosa presencia. Sí Dios esta en medio del hogar y Él es el centro de todo, entonces no dudemos que todo lo demás estará muy bien. La familia el gran núcleo de la sociedad.
Que Dios les guarde y les bendiga a todos. Shalom, Dios es Amor.
MARANATA-SHALOM-CRISTO VIENE
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