LA PODEROSA PALABRA DE DIOS

LA PODEROSA PALABRA DE DIOS
UNA LUZ DE ESPERANZA

miércoles, 19 de mayo de 2010

Estudio de las epístolas pastorales dirigidas al joven pastor Timoteo, escritas por el apóstol Pablo

Primera Timoteo, junto con 2 Timoteo y Tito, pertenece al grupo de los escritos de Pablo conocidos como las epístolas pastorales. Se les llama así porque estaban dirigidas a dos de los amados hijos de Pablo en la fe, Timoteo y tito, que tenían tareas pastorales. Timoteo estaba a cargo de la iglesia de Éfeso, y tito de los creyentes de la isla de Creta. Junto con Filemón, fueron las únicas cartas de Pablo dirigidas a una persona.

Las epístolas pastorales dan un valioso aporte para entender el corazón del querido apóstol. Revelan un aspecto diferente de él que lo que exponen sus otras epístolas, mostrando sus relaciones personales con sus amigos y compañeros más allegados. Como son las últimas cartas que se escribieron, ellas solo nos informan de los años finales de su ministerio, después de su liberación del primer encarcelamiento en Roma registrado en Hechos. Él persevera en la misión de su vida hasta su triunfante conclusión que declara en 2 Timoteo 4:7: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe”.

Las epístolas pastorales también son importantes debido a la abundancia de información que tienen respecto a cuestiones prácticas de la vida y organización de la iglesia. En realidad, Pablo declara que su propósito al escribir 1 Timoteo era que Timoteo supiera “cómo (debía conducirse) en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad” (1 Timoteo 3:15). La adoración pública, la selección y los requisitos de los pastores, la vida y el ministerio público del pastor, cómo confrontar el pecado en la iglesia, la función de las mujeres, el cuidado de las viudas y cómo usar el dinero están entre los temas analizados. Además de la abundancia de información práctica que tienen, las epístolas pastorales, como analizaremos más adelante, también enseñan acerca de importante verdades doctrinales con relación a las Escrituras, la salvación y el Salvador.


Timoteo, verdadero hijo en la fe

“Pablo, apóstol de Jesucristo por mandato de Dios nuestro Salvador, y del Señor Jesucristo nuestra esperanza, a Timoteo, verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor”.
(1 Timoteo 1:1-2)


“Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. Pero desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas. Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él”
(2 Timoteo 2:22-26)

“Pero el fundamento del Señor está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.”
(2 Timoteo 2:19)

“Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. No descuides el don que hay en ti, que te fue dado con la imposición de las manos del presbiterio. Ocúpate de estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.”
(1 Timoteo 4:12-16)

“Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, para que si tardo, sepas cómo debes de conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.”
(1 Timoteo 3:14-15)

“Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de fe y de la buena doctrina. Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad. Porque el ejercicio corporal para poco es provecho, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesas de esta vida presente, y de la venidera.”
(1 Timoteo 4: 6-8)

“No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro.”
(1 Timoteo 5:22)

“Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo,”
(1 Timoteo 6:11-14)

“Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia, la cual profesando algunos, se desviaron en la fe. La gracia sea contigo. Amén”.
(1 Timoteo 6:20-21)

“Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día; deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de gozo; trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por lo tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios.”
(2 Timoteo 1:1-8)

“Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús. Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros.”
(2 Timoteo 1:13-14)

“Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo.”
(2 Timoteo 2:1-7)

“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarte, que usa bien la palabra de verdad. Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad.”
(2 Timoteo 2:15-16)


“Pero tú has seguido mí doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra, persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor. Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales le pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”
(2 Timoteo 3:10-17)

“Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio. Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.”
(2 Timoteo 4:1-8)

“Procura venir pronto a verme,”
(2 Timoteo 4:9)

“Alejandro el candelero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a su hechos. Guárdate tú también de él, pues en gran manera se ha opuesto a nuestras palabras.”
(2 Timoteo 4:14-15)

“El Señor Jesucristo esté con tu espíritu. La gracia sea con vosotros. Amén.”
(2 Timoteo 4:22)
La verdadera teología no es la intelectual, sino la práctica. Es aquí en estos hermosos versículos donde vemos el corazón de un verdadero siervo de Dios, que construye en otros lo que Dios construyo en su propia vida. Es necesario vertir todo lo que hay en nosotros y entregarlo en amor a lo hermanos en la fe. La Biblia nos dice:" Que debemos entregar por gracia lo que hemos recibido por gracia".
Nada es nuestro todos los talentos, virtudes y dones entregados por Dios son la para la edificación del cuerpo de Cristo, es decir, la Iglesia.
Dios bendiga grandemente a todos aquellos siervos que aman al Señor del día de reposo, que viven en la dispensación de la gracia y no en las obras de la Ley.

"Entonces yo le respondí: Pero Señor, yo soy muy joven y no sé hablar en público. Y el Señor me dijo: No digas que sólo eres joven, porque irás a donde Yo te envié y dirás todo lo que Yo te ordene (Jeremías 1:6-7). versión La Palabra de Dios para Todos (PDT) 2005.

CRISTO VIENE. AMÉN. DIOS ES AMOR - MARANATA

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